La más reciente investigación en la que participaron los investigadores principales del CISeAL, la Dra. Anita Villacís y el Dr. Mario Grijalva, arroja nueva luz sobre la evolución del grupo de insectos vectores de Trypanosoma cruzi pertenecientes a la tribu Rhodniini, fundamentales en la transmisión de la enfermedad de Chagas. A través de un análisis filogenético multilocus sin precedentes, que incluyó ocho genes en 497 especímenes de 17 especies recolectadas en siete países, se reveló que la clasificación actual de este grupo no refleja su historia evolutiva. Se confirma la parafilía del género Rhodnius, con las tres especies del género Psammolestes formando un clado monofilético dentro de él, aunque algunos análisis alternativos las posicionan como grupos hermanos bien diferenciados. Se halló que el grupo prolixus no es monofilético, en contraste con los grupos pictipes y pallescens, que sí mostraron coherencia filogenética. La divergencia del ancestro común de Rhodniini habría ocurrido hace aproximadamente 5.26 millones de años, lo que indica un origen más reciente de lo anteriormente propuesto, con eventos clave de diversificación coincidentes con cambios climáticos del Pleistoceno. Solo cuatro especies —P. arthuri, R. ecuadoriensis, R. neivai y R. neglectus— fueron consistentemente delimitadas como unidades evolutivas claras, lo que pone en entredicho el número de especies válidas reconocidas en la tribu.
Las discordancias entre árboles obtenidos por diferentes métodos y loci sugieren que procesos como flujo génico, estructura poblacional y linajes incompletamente separados afectan la filogenia de este grupo. La alta variabilidad genética en ciertos genes mitocondriales, así como la estructuración poblacional observada mediante análisis de STRUCTURE, apuntan a que la geografía ha tenido un papel más determinante que la taxonomía clásica en la evolución de estos vectores. Estos hallazgos son fundamentales para mejorar los programas de vigilancia y control vectorial, ya que permiten entender con mayor precisión la diversidad, conectividad y potencial de transmisión de especies tradicionalmente reconocidas como vectores primarios y secundarios de Chagas, y refuerzan la necesidad de abordar la sistemática de los Rhodniini desde un enfoque integrador que combine datos genéticos, ecológicos y biogeográficos.
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https://www.nature.com/articles/s41598-025-03789-9