El estudio desarrollado por la Dra. Katherine Simbaña, el Dr. Xavier Sánchez y la Dra. Ruth Jimbo Sotomayor, docentes de la Carrera de Medicina de la PUCE e investigadores del CISeAL, junto a otros expertos, ofrece un panorama global sobre los efectos en la salud de la exposición a la actividad volcánica mediante un enfoque de revisión exploratoria. La investigación parte de un contexto en el que existen alrededor de 1.500 volcanes potencialmente activos en el mundo, de los cuales más de 550 han registrado erupciones en el último siglo, con una marcada concentración en el Cinturón de Fuego del Pacífico que atraviesa zonas densamente pobladas de Asia y América. Volcanes como el Fuego en Guatemala, el Popocatépetl en México, el Tungurahua en Ecuador o el Merapi en Indonesia han generado erupciones altamente explosivas con importantes consecuencias sociales y sanitarias. Los llamados “productos volcánicos”, que incluyen ceniza, gases, flujos piroclásticos, lava y emisiones crónicas de contaminantes como dióxido de carbono o radón, tienen impactos diferenciados en la salud dependiendo de sus características físicas y químicas, así como de la duración y magnitud de la exposición. Además, factores externos como el cambio climático, que intensifica fenómenos secundarios como los lahares o la remoción de ceniza, y los determinantes sociales como la pobreza, la urbanización desordenada y la escasa planificación territorial, aumentan de manera significativa la vulnerabilidad de las poblaciones que habitan en zonas de riesgo.
El estudio, realizado bajo la metodología de scoping review y siguiendo lineamientos internacionales como PRISMA-ScR, incluyó 83 artículos luego de un proceso riguroso de selección que partió de 2.077 registros identificados en bases de datos como PubMed, Scopus y Web of Science. Los países con mayor número de publicaciones fueron Estados Unidos, Japón e Islandia, y entre los volcanes más estudiados destacan Mount St. Helens, Kīlauea, Eyjafjallajökull y Miyakejima. La mayoría de los trabajos analizados se enfocaron en poblaciones adultas, mientras que los estudios en niños fueron minoritarios. Los contaminantes más investigados fueron los gases tóxicos y la ceniza volcánica, ambos responsables de un amplio rango de efectos sobre la salud.
Los resultados muestran que las enfermedades respiratorias son las más documentadas, con más de la mitad de los estudios identificando afecciones como asma, dificultad respiratoria, bronquitis crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Le siguen los trastornos de salud mental, dentro de los cuales se reportan estrés, ansiedad, depresión y estrés postraumático en comunidades expuestas antes, durante y después de las erupciones. En tercer lugar se ubican las manifestaciones oculares, como lagrimeo, ardor, visión borrosa o conjuntivitis, mientras que en menor proporción aparecen los efectos dermatológicos (úlceras, quemaduras e irritaciones) y cardiovasculares (hipertensión, infartos agudos de miocardio y otras enfermedades isquémicas). En total se identificaron 90 manifestaciones clínicas relacionadas con la exposición volcánica, reflejando el carácter multisistémico de sus impactos en la salud.
La revisión destaca la relevancia de integrar perspectivas clínicas, epidemiológicas y ambientales en el estudio de los riesgos volcánicos y señala que, a pesar de los avances logrados por redes internacionales como la International Volcanic Health Hazard Network, aún persisten vacíos de información y falta de estudios integrales que permitan comprender de manera más completa los efectos a largo plazo y en diferentes grupos poblacionales. Finalmente, los investigadores subrayan la importancia de fortalecer las políticas de salud pública, la planificación territorial, la preparación comunitaria y las estrategias de mitigación, con el fin de reducir la vulnerabilidad de millones de personas que habitan en zonas cercanas a volcanes activos o potencialmente activos alrededor del mundo.
¿Sabías que los volcanes no solo transforman paisajes, sino que también dejan una huella profunda en la salud de las comunidades expuestas a su actividad? Te invitamos a conocer más sobre este tema en el artículo completo disponible en: https://www.frontiersin.org/journals/public-health/articles/10.3389/fpubh.2025.1658384/full