En su estudio, "El efecto de barreras físicas bajo una casa elevada en la entrada de mosquitos: un estudio experimental en áreas rurales de Gambia", nuestra investigadora Principal del CISeAL Majo Carrasco-Tenezaca examinó el impacto de las barreras físicas en la entrada de mosquitos Anopheles gambiae y Mansonia, principales vectores de la malaria. Utilizando cuatro cabañas experimentales habitadas en áreas rurales de Gambia, cada una elevada a 2 metros del suelo, se llevaron a cabo recolecciones nocturnas de mosquitos utilizando trampas de luz. Se monitorearon los niveles de temperatura y dióxido de carbono en el interior y exterior de las cabañas. Se aplicaron diferentes tratamientos de barreras físicas y se rotaron cada cuatro noches. El experimento se realizó durante 32 noches, midiendo el número de mosquitos y la temperatura en cada cabaña.
Se encontró una reducción significativa en la entrada de mosquitos Anopheles gambiae y Mansonia en las cabañas elevadas, con un 53% menos de mosquitos en las cabañas con espacio abierto debajo, un 24% menos en las cabañas con paredes permeables al aire y un 31% menos en las cabañas con paredes sólidas, en comparación con las cabañas en el suelo. Sin embargo, la entrada de mosquitos Culex no se vio afectada por la altura o las barreras físicas. Los hallazgos sugieren que elevar una casa 2 metros del suelo reduce la entrada de mosquitos Anopheles gambiae y Mansonia, pero no de mosquitos Culex. Además, se observó que el efecto protector de la altura se ve disminuido si se instalan barreras físicas debajo de la cabaña. Estos resultados tienen implicaciones importantes para el diseño de estrategias de control de mosquitos y prevención de enfermedades transmitidas por ellos, como la malaria.
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