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Colección de Rhodnius ecuadoriensis del Insectario del CISeAL. Crédito: Dra. Anita Villacís.

 

En un primer intento de entender la base genómica para la adaptación de los triatominos, investigadores de la Universidad de Glasgow y del CISeAL-PUCE identificaron regiones genómicas que podrían estar vinculadas a las adaptaciones al ambiente construido (casas) por parte de los vectores de la enfermedad de Chagas.

Los triatominos, también conocidos como chinchorros, son el principal vector de la enfermedad de Chagas en la región de América Latina y son responsables de la mayoría de infecciones en el sur del Ecuador. Comprender los patrones de comportamiento de estos insectos ha demostrado ser una de las estrategias de control más efectivas para este mal, que a nivel mundial afecta a más de 7 millones de personas.

Entender porqué estos vectores se mueven entre las comunidades y cuáles son las barreras naturales que enfrentan en sus movimientos permite a las autoridades diseñar intervenciones comprehensivas que tomen en consideración las características genómicas que hacen que algunos vectores puedan adaptarse a ecosistemas específicos.

El estudio, “Population genomics and geographic dispersal in Chagas disease vectors: Landscape drivers and evidence of possible adaptation to the domestic setting”, examinó las dinámicas de dispersión de los triatominos y generó información elemental para científicos y tomadores de decisiones que trabajan en esta área.

 

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Conectividad de Rhodnius ecuadoriensis en la provincia de Loja, Ecuador. Más información.

 

El autor principal de esta publicación, el Dr. Enrique Hernández-Castro (Universidad de Glasgow) indica: “Nuestro estudio muestra que la identificación de loci en triatominos, asociados a posibles adaptaciones a hábitats domésticos (casas de personas), es posible. Lo que permitió elaborar mapas de regiones genómicas involucradas en la embriogénesis y producción de saliva. (...) Adicionalmente, encontramos que la elevación es un factor importante que facilita o impide el movimiento de poblaciones de triatominos entre determinadas regiones. Este hallazgo nos da la oportunidad de desarrollar mapas detallados que resaltan áreas de alta y baja conectividad para poblaciones de triatominos, lo que puede ayudar a controlar a los vectores”.

Sobre los métodos aplicados para esta investigación, el Dr. Hernández-Castro comenta: “Utilizamos técnicas convencionales de identificación de loci de valores atípicos y machine learning (ej. Random Forest) para identificar loci posiblemente asociados con la adaptación a ambientes construidos. También utilizamos una combinación de modelos de efectos mixtos y algoritmos de machine learning (ej. algoritmo genético) para predecir objetivamente la dispersión de triatominos”.

Esta publicación es el resultado de una colaboración de larga data entre la Universidad de Glasgow, la PUCE, la Universidad de Ohio y otras instituciones internacionales. Los investigadores que desarrollaron este estudio también son miembros de la red VeConVen (Vector Borne Disease Control Network), que busca descubrir aproximaciones innovadoras para la vigilancia y control de enfermedades transmitidas por vectores en Venezuela y la región circundante. La Red está financiada por el Global Challenges Research Fund (GCRF), del gobierno de Reino Unido, que se dedica a abordar los desafíos que enfrentan los países en desarrollo.

 

Lee la investigación completa en: https://journals.plos.org/plosgenetics/article?id=10.1371/journal.pgen.1010019

 

Conoce más sobre los investigadores del CISeAL que participaron en esta investigación:

Luis E. Hernandez-Castro, Anita G. Villacís, Arne Jacobs, Bachar Cheaib, Casey C. Day, Sofía Ocaña-Mayorga, Cesar A. Yumiseva, Antonella Bacigalupo, Björn Andersson, Louise Matthews, Erin L. Landguth, Jaime A. Costales, Martin S. Llewellyn, Mario J. Grijalva.